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Mostrando entradas de 2024

Quevedo, F. de., (1916), Los sueños. Ediciones de La Lectura

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CATANDO LIBROS: Quevedo, F. de., (1916), Los sueños. Ediciones de La Lectura Poca presentación necesita nuestro clásico. Enérgico, vital, original, libre. En sus "Sueños" hace una versión desenfadada del infierno de Dante en un sueño alimentado por dicha lectura tal como él mismo confiesa: "...uno que yo tuve estas noches pasadas, habiendo cerrado los ojos con el libro del Dante, lo cual fue causa de soñar que veía un tropel de visiones.".  Vengo ahora mismo de catar el Sueño de las Calaveras. Y copio lo que don Francisco dice con gracia e ingenio sobre una figura típica de los moralistas antiguos: el avaro. Estos últimos siglos de pelagianismo, de luteranismo, de puritanismo y de capitalismo parece que no hubieran quedado más pecados sobre la tierra que los que se cometen de cintura para abajo. Pero no. Hay más. La avaricia es un pecado de los gordos. Dante no bromeaba mucho con ello. Quevedo sí lo hace, al estilo de su "Poderoso caballero es don dinero",...

Papini, J., (1930), Los operarios de la viña. Voluntad

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CATANDO LIBROS: Papini, J., (1930), Los operarios de la viña. Voluntad Giovanni Papini es uno de mis autores de cabecera. La energía vital que transmite su obra tiene que ver con la fuerza desbocada del converso y también algo, me temo, con el vitalismo de los años 1920 que alimentaba por aquel entonces las vanguardias, los fascismos y todas las ansias desordenadas que explotaron en la segunda guerra mundial. Pero Papini es de los que saben encauzar esa energía, porque después de su conversión intenta ser siempre hijo fiel de la Iglesia.  Esta obra "Los operarios de la viña" encaja totalmente en su enfoque con la famosa tesis de John Henry Newman y su escuela inglesa (Chesterton, Tolkien, Lewis, etc.) acerca de los cuentos de hadas entendidos como avisos o prefiguraciones del Evangelio. Defiende Papini la idea -y lo hace de una forma que convence- de que esas figuras se manifiestan no sólo en los cuentos sino también en la historia. Y así como la historia sagrada, la de los a...

Cabodevilla, J.M., (1994), Hacerse como niños. BAC

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CATANDO LIBROS:  Cabodevilla, J.M., (1994), Hacerse como niños. BAC José María Cabodevilla es de esos autores que nunca defraudan al buen catador. Abras por donde abras sus libros siempre encuentras una perla en cada párrafo. Cabodevilla escribe con paciencia, de forma muy pedagógica, entremezclando ejemplos y sentencias. Al final escribe mucho y no sobra ninguna idea.  Página 203. Inicio del capítulo 3. titulado: "El principio de pasividad: la escalera y el ascensor. Prioridad del amor". Hablando de la infancia espiritual explica y aclara perfectamente, a mi entender, aquello sobre lo que los teólogos han hecho correr ríos de tinta. Me refiero a las cien mil disquisiciones sobre la libertad y la gracia, sobre qué hay que hacer para ser buenos, para ser santos. Y sobre quién es el que ha de dar el primer paso, si es el alma, si es Dios, si es a medias, si somos nosotros que ponemos una parte pequeña y el resto es de Dios, que si rogando pero con el mazo dando, etc. etc. etc. ...