LEON, Donna, (2014), Muerte entre líneas. Seix Barral
Esta es una opinión muy personal, pero en mi caso el único aliciente que encuentro en el llamado género negro es la pintura de ambientes, la descripción psicológica de los tipos y la estética general que a veces sirve para salvar una trama anodina. Un ejemplo: la estética de Los intocables de Elliot Ness.
Muerte entre líneas, de Donna Leon, me llamó la atención -a pesar de ser policíaca-, por estar ambientada en Venecia y prometer una historia de bibliotecas, libros y bibliófilos. El resultado me ha parecido bastante pobre. El asunto libresco apenas queda esbozado con la enumeración de algunas obras clásicas. Los criminales son, más que nunca, unos desgraciados. Los policías gente normal, demasiado normal, que llama a casa para avisar que llegará tarde a comer o que discute con los hijos sobre el destino de las vacaciones. En cuanto a Venecia, la misteriosa y cruel Venecia, quizás el auténtico cadáver de la novela, aparece como una vieja señora asesinada por la modernidad y los turistas.
Estoy lleno de prejuicios, lo se. Seguiré catando de vez en cuando alguna novela negra, a lo mejor un día cambio de opinión.
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